jueves, 14 de mayo de 2020

RESEÑA Ana, de Roberto Santiago

Hola a todos!

Vengo con una reseña de uno de los libros que mas me gustaron y que mas me hizo pensar (luego explico el motivo). Ahí va, Ana, de Roberto Santiago.

NOTA: "Todas mis opiniones son mías, sin copia alguna —mis chorradas sin mis chorradas, son genuinas—, Las imágenes que cuelgo siempre van acompañas del enlace, y las citas de los libros, evidentemente no son míos, son del autor." Con esto quiero indicar que si alguien tiene algún problema me lo puede poner en los comentarios y así sabré qué hay que modificar exactamente o si quieren que quite toda la reseña; eso sí, todas las opiniones, aunque alguna tenga sangre, lo hago con el mayor de los respetos. 




Título: Ana
Autor:  Roberto Santiago
Saga: -
Año de publicación: 2017
Editorial: Planeta
Género: Narrativa, Suspense, Thriller
Nº de páginas: 864
ISBN: 8408166581 (ISBN13: 9788408166580)



Años atrás, Ana Tramel fue una brillante penalista a la que se disputaban los mejores despachos. Un oscuro suceso en su pasado cambió su vida y ahora pasa sus días entre recursos administrativos en un mediocre bufete, ahogándose en un vaso de whisky. Pero su vida da un vuelco cuando su hermano Alejandro, con el que no habla desde hace cinco años, la llama angustiado. Ha sido detenido por el asesinato del director del Casino Gran Castilla.
Ana pide ayuda a su jefa y vieja amiga, Concha. Necesita la estructura y recursos del despacho para llevar adelante una defensa en la que tiene prácticamente todo en contra. Acompañada de un peculiar equipo (un viejo investigador, una abogada novel y un becario ludópata) se enfrentará a las grandes empresas del juego.

Ana, un thriller absorbente protagonizado por una mujer inteligente pero acabada, brillante pero autodestructiva, única.

Un oscuro asesinato.
Una protagonista que dejará huella.
Una batalla que todos dan por perdida.
Un thriller que no podrás olvidar


Sabéis esos libros absorbentes, que te abstraen, que te dejan pegado al sofá en el que te has sentado y hacen que pasen las horas y tengas más y más hambre de sus páginas hasta que estás borracho de información pero aún así, no quieres dejar la historia? Pues eso es Ana. Sin mas.
De hecho, a partir de aquí podríamos dejar la reseña. Yo os diría que es un 5/5, podría decir que los personajes son la leche, que la protagonista es una de las mejores que me he encontrado hasta la fecha en mi vida lectora y que me he hecho incondicional del autor, pero es que yo quiero que sepáis el motivo real de porqué esta novela ha sido un puntazo: es tan actual, que da miedo.
«—Escucha atentamente. Llevo cinco años trabajando para un bufete que se dedica a recurrir multas de tráfico. Hace mucho que no atiendo un verdadero caso. No creo que esto sea ni remotamente una buena idea—dije—. si aún así estás decidido, intentaré ayudarte.»
Os resumo un poco... vivo en un barrio obrero (digamos que "con personalidad") de Madrid. Estos barrios; obreros, deprimidos económicamente, sin lujos; estos barrios están siendo inundados de ciertos locales de juego. Estos locales, casinos, salas de apuestas, o llámalo como quieras están en cada esquina. La calle principal de mi barrio tiene TODAS las esquinas con locales de juego. Pantallas enormes con luces cegadoras en las que intentan atraparte para que te juegues lo poco que tienes para lucrarse ellos.



Lo que mas me fastidia es que al lado de mi casa van a abrir un local de estos frente a un colegio. UN PUÑETERO COLEGIO FRENTE A UNO DE ESTOS LOCALES. Tengo la foto para probarlo, pero no soy de esas que lo lanza a las rrss para crear polémica. Simplemente me gustaría que la ley amparara, al menos, a unos críos o a unos padres que esperan a que los chavales salgan del colegio, y que eviten a entrar en ese círculo vicioso que es el juego.

Es por eso que este libro me absorbió. Trata el tema de la ludopatía, de las personas enfermas de juego, de las familias que lo sufren y de los magnates que se aprovechan de los enfermos que ellos mismos han infectado.
«No es por tirarme faroles, pero en otra época había conseguido cosas más complicadas en un juzgado, y ya es mucho decir. es cierto que entonces tenía algo que ahora había perdido: una fe ilimitada en mí misma. Pero aunque esa fe no la iba a recobrar, quizá podría actuar como si así fuera. Si me empeñaba, creo que tal vez podría llegar a creerme yo misma (por un tiempo limitado, eso sí) que era de nuevo Ana Tramel, la abogada que podía con todo.»
Ana es esa novela escrita en primera persona, con un lenguaje claro, pero con términos judiciales exactos, que sin empuñar armas o sin tener persecuciones salvajes cual película de Holliwood tiene una acción arrolladora. Ana, es una mujer de bandera, con carácter y que si existiera de verdad, aplaudiría y hasta haría presidenta de gobierno, porque en este libro se muestra a una mujer que los tiene cuadrados y que se enfrenta judicialmente y con todo en contra para que su familia no salga mal parada ante la impunidad de las casas de apuestas.




Gracias a esta novela me he dado cuenta de que la justicia no es perfecta o imperfecta, es maleable... para que tanto abogados como fiscales la estiren o contraigan a sus deseos... me ha resultado esclarecedor y a la vez descorazonador.

Como podéis ver, este personaje carismático, autodestructivo, alcoholico, casi drogadicto pero brillante en sus funciones de abogada, con genio y prepotente es uno de los grandes aciertos de esta novela. Sin ella, no habría novela, básicamente. Ella ES la novela. su vida, su lucha, su entereza y sus artimañas. Es el personaje redondo que todo autor quiere crear. con luces y sombras, humana, incomprendida, que hace mal las cosas, que no es perfecta, luchadora hasta el agotamiento; leal, atrevida, cabezona, con delirios de grandeza, atormentada... Pero no solo ella es contradictoria... Hay otros personajes que no sabes si van o vienen; si son claros o son oscuros.
«—¿Qué coño has tomado? —preguntó Concha. [...]—Tranxilium, Lexatin, Orfidal, Loramet, diazepam, propanolol, doxepina —musité—, ginebra, whisky, bourbon, barritas de cereales..., uh..., sopa también, creo...—madre mía, Ana, te superas a ti misma—exclamó mi querida amiga—. Esto de salvarte la vida se está convirtiendo en una costumbre muy aburrida.»
El entorno, un lujo, Madrid. el autor nos deleita con un paseo por los casinos de Madrid, por sus calles y por ellas nos lleva a los sitios por lo que va y vivie Ana y su familia.




Yo creo que junto a la gran personalidad de la protagonista, hay dos componentes mas que merecen atención: El mundo del juego y la forma de plasmarlo y la investigación judicial.
En el caso del primero, el autor nos muestra las salas, los dueños de los saraos, la jerga, el modus operandi, el vicio que se respira y la exclusividad que parece que mana de esos lugares. Crea una atmósfera que parece que atrae en un primer momento pero que parece una tela de araña, que una vez estás dentro no puedes escapar de ella, porque te oprime mas y mas.
Lo segundo, toda la jerga y toda la legislación que ha debido estudiar el autor para poder plasmar esta novela. Me encantaría que un abogado se lo leyera y me dijera si todo es correcto, aunque creo que en los agradecimientos el autor deja claro que ha tenido asesoramiento legal. Seguro que algún fallo hay, pero ya os digo que si lo hay lo podríamos encuadrar dentro de la ficción. Ya solo por el trabajazo que ha debido tener para documentarse y para plasmarlo, mientras desarrollas la trama, tiene un mérito que hace que me quite el sombrero.

Ana: Protagonista de la historia. Abogada acabada, en el pasado fue una gran contrincante en los tribunales, pero ahora solo lleva casos sencillos de multas de tráfico. Alcoholica, intenta llevar sus días sin gloria lo mas dignamente posible hasta que un día debe enfrentarse a su caso mas dificil, con todo en contra...

Moncada: Inspector, amigo del hermano de Ana y ludópata.

Ale: hermano de Ana y ludópata. Es por él que Ana se mete de lleno en este caso.

Santonja: arrogante, el "capo" de esta novela y señor del cotarro. Muchos de este país seguro que podrían identificarse con él porque nada ni nadie le detiene y piensa que la ley le ampara hasta cuando la infringe.

Y mi valoración es...


Calificación:

Pero qué Chorpreeeecha, como dirían mis compañeros de trabajo. Ya os avisé...

Y con esto me despido por hoy. Nos vemos a la próxima!

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